viernes, 11 de febrero de 2011

Cuando un pueblo llora

Cuando un pueblo llora se oye en todo el mundo. Se oyen sus cuerpos, sus gritos, sus llantos, sus muertos. Un pensamiento mutuo de millones de personas que se transmite de unos a otros, sin diferenciarlos por su raza, religión, sexo, edad o lugar de procedencia. Todos y cada uno de ellos, alzando sus puños al aire, reclamando lo que injustamente les fue arrebatado.

Que entiendan los que mandan, un pueblo está formado por cada uno de sus habitantes y cada uno de ellos posee voz propia. Lo que más temen los tiranos es la voz del pueblo, el conjunto de las pequeñas voces que cada día pasan desapercibidas. Y aunque intenten apalearla con el fin de silenciarla, por muchos tiros que peguen, la voz de un pueblo es ineludible.

Una explosión de sentimientos, de todas las lágrimas derramadas en tantos años de maltrato. Todos gritando al unísono, no luchando por si mismos, sino luchando por su nietos, hijos y hermanos, por sus amigos y compañeros, por sus mujeres y hombres, por las generaciones que están por venir, por el que tienen al lado. El sacrificio de los hombres del pasado para cambiar el presente y mejorar el futuro. Cuando este sentimiento toma forma ninguno de esos corruptos dirigentes, que se supone tendrían que velar por el bien de su pueblo, está a salvo.


Porque cuando un pueblo llora, todos lloramos con ellos.

3 comentarios:

  1. Genial...
    Me cala ese sentimiento de unión y fuerza.
    Saludos ;)

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  2. Lástima que la tristeza de este pueblo no este censurada por interes políticos de EEUU, mientras que si nos censuran y no muestran otras desgracias en el mundo que no interesan ser enseñadas.

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  3. Deberíamos llorar mucho más, sigamos adelante, y que nuestras llantos de impotencia pasen a ser de lucha y de prosperidad...

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