domingo, 14 de agosto de 2011

Castillos de arena

La brisa marina lo envuelve todo de un intenso olor a salitre y algas. El olor a mar es indefinido, no sería posible explicarselo a alguien que no haya estado nunca frente a ese gigante azul. Te refresca el alma y te llena los ojos de la infinita libertad de sus aguas. El horizonte parece tan lejano a pie de playa, tan lejano que dan ganas de atraparlo para no perder nunca el rumbo, pero nuestras manos no abarcan tanto y acaba escapándose.

Entonces las palmas se quedan extendidas flotando en el aire y algo extraño sucede, sus formas, sus colores y texturas comienzan a confundirse con el brillo del Sol. Las frotamos la una contra la otra y notamos cada grano de arena perderse en el mar. Las olas arremeten suavemente contra nuestros pies. Jugamos en la orilla a evitar que nuestros pies queden atrapados por la arena y sonreímos. Nos recordamos a unos nosotros de hace mucho tiempo. Llenamos nuestros pulmones de ese toque especial que le da el mar a todo y nos sentamos en la orilla.

Por instinto, nuestras manos comienzan a acumular arena frente a nosotros. El trabajo es arduo y hace calor, pero no dejamos de sonreír. Cada vez el montón es más grande y practicamente tenemos arena hasta en el último rincón de nuestros cuerpos, pero poco importa. En ese instante decidimos que es suficiente y comenzamos a darle forma, al principio dudamos, pero todos tenemos la imagen de lo que vamos a hacer en la cabeza.

Utilizamos la arena sobrante para evitar que la marea arrastre con ella nuestra construcción. Un buen castillo de arena requiere el máximo de concentración posible. Empezamos moldeando la base, pues como en todo, hay que ir paso a paso, anteponiendo la constancia sobre la dificultad del trabajo. Conforme va cogiendo forma, nuestro cometido se convierte en algo más personal. Nos centramos en cada detalle, conchas a modo de ventanas e incluso un foso para persuadir a los invasores.

– ¿Aún sigues con eso? – se oirá detrás nuestra – No logro entender tu motivación.

– Debo terminarlo

– ¿Por qué? – dirán frustrados – Si tarde o temprano la marea lo deshará.

– No lo entiendes.

Seguimos moldeando el castillo, ya casi hemos terminado, nos queda ultimar detalles. Los torreones de vigilancia, la puerta de entrada y las ventanas. Justo cuando nuestras manos repasan las formas de la construcción nos damos cuenta de que se nos ha ido casi todo el día en ello. Los dedos nos escuecen de tanto roce y el sol arde bajo nuestra piel. La marea ha subido y sin que nos diésemos cuenta ha alcanzado las puertas de nuestra fortaleza. Miramos impasibles como el agua nos arrebata grano a grano nuestro trabajo y al cabo de unos minutos todo nuestro esfuerzo se ve resumido a un puñado de arena mojada.

– ¿Ves? Ya no te queda nada.

– Sigues sin entenderlo

– ¿El qué?

– No consistía en poseer un castillo de arena. Lo importante era el trabajo y la dedicación. Todo el tiempo dedicado a construirlo para verlo finalizado. El castillo nunca importó. Lo que vale la pena es el sentimiento de satisfacción al haberlo creado con nuestras propias manos, la libertad que eso nos proporciona. El hecho de haber conseguido lo que nos proponiamos nos da esperanza para que podamos cumplir nuestros sueños. No pasa nada porque la marea lo haya deshecho, ya que, aunque no los veamos, la playa está repleta de castillos de arena.

3 comentarios:

  1. Hacía tiempo que no leía un relato que me dejara con un agradable sabor de boca, éste, en especial, con un sabor salado.
    Genial la idea, genial el relato, genial la profundidad, pero, sobretodo, genial la metáfora del final. Eres una artista.

    Gracias por pasarte por mi blog (http://lacuevadelarana.blogspot.com/), ¡Mucha suerte con el tuyo!

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  2. ¡Gran relato! La metáfora es bastante buena, y estoy de acuerdo con su significado. La dedicación y la constancia son la clave para conseguir nuestros sueños, y quien diga que no es así, está muy equivocado.

    Vuelvo a resaltar tu capacidad para escribir con fluidez. El vocabulario me parece acertado, y no aburre.

    ¡Sigue así!

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  3. Muchas gracias a los dos por vuestros comentarios. Las críticas son bien recibidas, sobre todo las buenas xD

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