viernes, 1 de julio de 2016

IX

Cómo es posible que ser olvidado 
traiga tantos recuerdos. 
Que en un sólo momento, 
quede todo tan lejos. 
Cuando tu calor, 
aún sigue en mis manos.

Qué fue de esa luz, 
que ardía sobre nosotros. 
Con el latir de un corazón, 
ahora hecho trozos.

Tus ojos ya no brillan, 
al cruzarse con los míos. 
Muero si lo pienso, 
por más que lo pienso, no lo entiendo. 
Cuánto esfuerzo por alguien, 
que no recuerda mi nombre.

1 comentario:

  1. Si hubiese leído esto en septiembre, me habría echado a llorar como la niña que soy. Pero ahora sólo puedo sonreír amargamente.
    Además, por mucho que quiera hablar contigo, es que ni me sé tu correo.
    Ale, muy buenos días.

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