Respiran,
viven,
todo a la vez.
No se percatan,
de que quizá,
no haya nada más.
Sin embargo, siguen,
exactos, precisos.
Con todo en orden,
con todo dicho.
Y me pregunto,
qué ruido no les hace oír,
qué luz no les hace ver.
Me pregunto también,
si es todo acerca de perder,
por qué hoy, sigue siendo ayer.
Dejo de petarte esto ya, pero es que me encanta lo que escribes y creo que ya te lo dejé claro hace ya bastante tiempo (aunque sé que no te viene mal que te lo recuerde).
ResponderEliminarNo abandones esto. Nunca.
No me abandones.